Estamos en el final de una temporada futbolística y se empiezan a calibrar las alegrías y las decepciones de los componentes de los equipos, ya sean jugadores como seguidores y empiezan las sorpresas cuando compruebas que aquellos cuyos resultados deportivos han sido excelentes y que esperas verlos rebosando alegría y celebraciones están inmersos en batallas internas de intereses superfluos que solo conducen a amargura y decepción. Quizás los objetivos se pusieron demasiado elevados. Por el contrario, equipos cuyo resultado no ha sido el optimo pero que si han estado por encima de las expectativas primeras y cuyo objetivo era el “no descender” en una liga que no hay descenso la satisfacción es máxima por aquello de que se celebra mas que un equipo no baje de categoría en la última jornada que el que se quede a un punto de jugar la liga de campeones.
A los segundo pertenece mi equipo favorito, el Benjamin “F”, y lo hemos celebrado y lo seguiremos celebrando, a pesar de que todavía no ha terminado la liga. Pero hemos conseguido el objetivo principal, que el Grupo, jugadores y familiares, disfruten toda la temporada juntos.
Felicidades a todos.