lunes, 24 de agosto de 2009

Praga, la Ciudad soñada

Cruzando el Puente de Carlos sobre el rio Moldava, rodeado de músicos que amenizan el paseo con exquisitas melodías a ritmo de jazz, bajo las estatuas que lo bordean y se recortan en un cielo rojizo al atardecer, camino del majestuoso Castillo y la Catedral de San Vito, contemplando el navegar de los barcos acompañados por nutridas bandadas de Cisnes blancos, después de haber divisado toda la Ciudad desde el mirador de la Torre del Ayuntamiento en la Plaza de la Ciudad Vieja donde se encuentra el Reloj Astronómico y habiéndome entusiasmado viendo una maravillosa obra de Teatro Negro en un pequeño local situado en una de sus calles colindantes, comprobé que la ciudad soñada, a la que durante tanto tiempo anhelaba visitar, no me había desilusionado.
Gracias Praga y gracias a los excelentes compañeros de viaje con los que he tenido la suerte de compartirlo.